Un fármaco paliativo, células para reparar lesiones y kits para detectar toxinas y patógenos son algunos de los productos que están desarrollando jóvenes emprendedores.
Quince mil asistentes recibirá en junio próximo la BIO Convention 2017 en San Diego, (EE.UU.). La feria de biotecnología más grande del mundo reúne cada año a expertos y empresas que trabajan en el desarrollo de fármacos, biocombustibles, terapias celulares, nanotecnología o aplicaciones genómicas. Entre los asistentes habrá seis startups chilenas seleccionadas por Corfo y Ganesha Lab, aceleradora de negocios de biotecnología, ciencias de la vida y biomedicina.
“Además de la preparación que les estamos dando para avanzar su proyecto, presentarse ante inversionistas y encontrar socios, estar allá les permitirá establecer redes con expertos y empresas internacionales de biomedicina y biotecnología”, señala Markus Schreyer, fundador y CEO de Ganesha Lab. Estas son las ganadoras dentro de los 17 proyectos que postularon:
De la Antártica a la copa
En la Antártica, los creadores de Novacold encontraron una levadura de la cual obtienen pectinasa, enzima que clarifica o elimina la turbiedad durante el proceso de producción de vino y jugos. A diferencia de las pectinasas hoy disponibles, que son más eficientes a temperaturas de 40 °C a 60 °C, las enzimas antárticas trabajan sin problemas entre los 5 °C y 15°C que requieren estas industrias. “Esto las hace más eficientes, lo que se traduce en ahorro de tiempo y dinero, además de tener un valor agregado para un mercado que valora cada vez más que sus insumos sean naturales, no sintetizados artificialmente”, describe Juan Manuel Rozas, ingeniero en biotecnología molecular y director ejecutivo de Novacold. La empresa actualmente tramita una patente internacional para poder licenciar esta tecnología.
Inyección de vida
La “mejoría de la muerte”, esa sorprendente y efímera recuperación de vitalidad que muestran algunos pacientes terminales días u horas antes de morir, es la base del proyecto de Grupo Avance BT. Tras estudiar el fenómeno, el químico Mario Reyes Salinas determinó hace tres décadas que esto se debería a la masiva secreción de una familia de enzimas y péptidos, que al activar la función celular, mejoran parámetros sanguíneos y hepáticos y reduce el dolor, entre otros beneficios. “Estos péptidos y enzimas están disponibles en la naturaleza y estamos trabajando con ellos para validarlos y convertirlos en gotas de aplicación sublingual de uso paliativo, que mejoren la calidad de vida de pacientes terminales y en estadios iniciales de su enfermedad”, dice Mario Reyes Navarro, gerente técnico de Avance BT. En la convención esperan reunirse con potenciales inversionistas para validar el compuesto y convertirlo en un fármaco.
Contra las dioxinas
Dos proyectos se enfocan en las dioxinas, compuestos altamente contaminantes que al acumularse en la grasa de animales pueden ser ingeridos por las personas en alimentos como carnes, lácteos o huevos. La industria alimentaria internacional tiene fuertes regulaciones para limitar los niveles de estas toxinas.
Biotic Solutions trabaja en un biosensor portátil basado en bacterias que en dos horas puede determinar los niveles de dioxinas en muestras de carne, suelo o agua, proceso que hoy se realiza en laboratorios y toma varios días. “Esta es una herramienta que hoy no existe en el mundo para que la propia industria monitoree su producción animal”, dice Matías Henríquez, CFO de la empresa.
ActivaQ, en tanto, trabaja en un producto de origen biológico que “secuestra” dioxinas de la carne de cerdos y aves. “Al incorporarlo como aditivo al alimento de los animales, hace que eliminen dioxinas, excretándolas a través de las heces”, explica Geraldine Mlynarz, agrónoma y cofundadora de ActivaQ.
Patógenos al instante
Un kit a base de ADN y enzimas es la apuesta de PathoGen, empresa que desarrolla dispositivos “tipo test de embarazo” para diagnosticar en terreno la presencia de patógenos que causan estragos en viñedos o viveros. En solo 30 a 60 minutos, el test revela la presencia de el o los microorganismos que están afectando un cultivo, explica Ignacio Gajardo, uno de los tres biotecnólogos fundadores de la empresa. Además, trabajan en un kit para la industria alimentaria capaz de detectar patógenos como listeria, Salmonella o E. coli , que afectan la salud del consumidor. “La idea es que la empresa pueda hacer un control de calidad interno y tome decisiones rápidamente si detecta que sus productos están infectados”, destaca Gajardo.
Células para lesiones
Grupo Cellus desarrolla terapias biomédicas para lesiones deportivas y traumatológicas o patologías crónicas, como artrosis, usando células madre mesenquimales, que extraen del tejido adiposo del mismo paciente. “Nuestra innovación es un protocolo optimizado de multiplicación de estas células y su reinyección, guiándonos con un ecógrafo. Esto permite aplicarlas directo en el punto donde está el daño”, describe Rodrigo Arancibia, bioquímico y director ejecutivo de la empresa. Su objetivo en BIO 2017 es encontrar socios que les ayuden a optimizar sus bioprocesos y empresas interesadas en la tecnología que han desarrollado.
Fuente: EyN – El Mercurio